Iniciando el día y el secreto de los desayunos

Hoy les presentamos cuatro imágenes que disfrutamos diariamente en este viaje. Mas o menos describen las primeras horas de cada jornada, aunque saltándose partes importantes como el desmantelado de las tiendas y la puesta a punto de las alforjas.

  • El pote mágico de Nico o NicoTupper. 
  • La receta del desayuno ideal
  • Subirse de nuevo a la bici
  • El deuxième petit déjeuner

El pote mágico de Nico o NicoTupper.

Nicolás salió de Barcelona con un Tupper lleno de avena y alguna pasa para los desayunos. Cada día sacamos un poco y lo mezclamos con agua, y otros mejunges (normalmente fruta) para arrancar el día con algo nutritivo. 

Hemos ido rellenandolo a medida que pasaban las jornadas, con mucha mas avena comprada en el super, aunque pronto descubrimos que lo que me comentó mi compañero de trabajo Julián sobre llevar la tijera de poda en Francia  no era ninguna broma. Este país está cultivado de arriba abajo. Al menos por los 1110 kilómetros que hemos atravesado hasta ahora. Por todas partes hay árboles frutales, moreras, girasoles, verdura, viñas… viendo todo esto, me pregunto: ¿de donde sacamos la comida en España? ¿o es que en Francia venden/comen mucho?  El caso es que siendo así, siempre nos vemos provistos de forma casual de mucha fruta. Ya sea por colaboración y ayuda que tanto agradecemos a nuestros amigos de WarmShower (nos ofrecen el producto de sus huertos), o por el fruto del trabajo incesante de recolecta que casi cada día hacemos. Sobre todo de moras, que guardamos en el pote mágico de Nico. 

Una de tantas paradas para recoger moras silvestres

¿mágico por qué? Pues porque metas lo que metas en ese Tupper, al cabo de unos kilómetros de bici, se acaba por transformar en desayuno. Hasta el momento ha llevado: pedazos de chocolate, avena, muesli, cereales varios, moras, uvas, ciruelas… todo vale. 

 La receta del desayuno ideal

Cada mañana desayunamos mas o menos lo mismo. Nicolás abre su pote mágico y llena los tres cacitos del desayuno, picamos un plátano, añadimos medio melocotón, unas pocas pasas, ciruelas y los dias de fiesta unas cucharadas de gofio, que ya se nos está acabando. Tambièn le ponemos un poco de polen, y sobras de mermelada, o queso del dia anterior. Y con esto y alguna fruta adicional comenzamos con alegría (de verdad).

Otro ingrediente importante para nuestros desayunos es la lectura del acertijo del día, que nos envía Míriam cada mañana, sin saltarse ni una. A veces nos da el  tiempo y el cerebro para comentarlos durante la comida, y otras veces simplemente lo leemos, sin poder ofrecer ni un posible camino para solventarlo. Depende de lo seco que nos haya dejado el cerebro el día anterior tantos kilometros de bici. En cualquier caso, esto siempre nos da muchos ratos de debate. 

Ya sabemos que no tiene buena pinta… pero es delicioso, creenos

Los tres chanchitos

Subirse de nuevo a la bici


Tras desayunar y recoger todo (tarea nada rápida) toca comenzar el viaje de nuevo. 

Lo primero es conseguir levantar la pierna sobre el cuadro de la bici, y eso, bien de mañana es complicado. Cada vez hace más frío y nuestros músculos están más acartonados que al salir, y nosotros no es que tengamos una gran flexibilidad natural. Así que agachamos la espalda, apoyamos los brazos en el manillar y tratamos de elevar la pierna por encima de las alforjas, para comprobar que no, que por ese lado no va a ser posible. Así que vuelves a ponerte derecho, te cambias de lado y vuelves a probar. Tampoco pasa la pierna. Pero eso no puede ser! Así que con un poco de equilibrio uno se agacha un poco más, se escapa un gemido (ains) y acaba consiguiendo el ángulo adecuado para traspasar la barrera infranqueable del cuadro de la bicicleta. Voilá!, ya está hecha la mitad de la trabajo. Ahora toca poner un pie en el pedal. Aquí casi no hay problemas. Y las manos en el manillar… uys, siento dolor, el dedo gordo no debería estar en esa posición tanto tiempo. La muñeca está algo inflamada, pero no molesta, se ha formado como un colchoncito que amortigua las vibraciones… pas mal. Apoyamos el otro pie en el pedal y es cuando te das cuenta que has dejado una marcha demasiado dura como para conseguir mover la bicicleta, así que abajo otra vez, un empujoncito con el pie como si fuera un patinete y a pedalear. 

Los 10 primeros metros son para soltar tres o cuatro quejidos, a veces al unísono, y a veces nos alternamos Pedro, Nico y yo. También es el momento de desdepedirse con los últimos Au revoir, courage (nos lo repiten muchísimo) y dar las gracias por todo el cariño que estamos recibiendo durante el viaje. Por la bajo, alcanzamos a escuchar algunas veces mientras nos vamos como uno de nuestros anfitriones le dice al otro: il sont fu.

Una vez han pasado los primeros minutos, miro el velocímetro con incredulidad mientras noto que me falta el aire y el corazón se me sale del pecho y sólo vamos a 16 km/h  ¿como puede ser eso, si tenemos que ir a 25? Las piernas no es que duelan, pero notas que no están descansadas, cada movimiento que haces lo notas acompañado de un sentimiento raro, que no es dolor, pero por supuesto no es confort. Los tobillos están como si se hubieran solidificado por la noche, cada movimiento que hace el pie, parece estar forzando alguna articulación. Y continúo ahogado. 

Es el momento de buscar el cartel más cercano: Chateaubriand. Y pensar: –bonito pueblo, cuando lleguemos a él, me bajo de la bici, busco un hostal y no salgo en 3 semanas. Ya le mandaré un sms a Pedro para decirles que no me busquen, que estoy bien pero que no quiero saber nada más de la bici ni de los 1000 kilómetros que quedan por delante

Pero sé que cada mañana ocurre lo mismo, que la primera media hora de bicicleta aún el cuerpo no se acaba de creer que va a estar ahí arriba 5 horas más y se pone quejoso. Pero siempre, en cuanto los músculos aceptan que no les queda mas remedio, se ponen a trabajar y todo cambia. El corazón vuelve a latir y a dar de comer a las piernas, los pulmones se llenan de aire con facilidad, y el estómago empieza a rugir de nuevo. Está lleno de avena y fruta, pero te está avisando de que con lo que tiene dentro, no va a dar para lo que le espera. Y entonces llega el momento del 

Deuxième petit déjeuner
Suele ser sobre las 10.30, 11.00, 11.30, 12.30…. dependiendo del día de la semana y lo pronto que consigamos entrar en un pueblo cuya boulangerie esté abierta (cosa nada fácil en ocasiones ya que hemos descubierto en este viaje que en Francia, los domingos está todo cerrado, los lunes nadie trabaja, y en agosto, los comercios abren en unos horarios diferentes en cada pueblo y nunca coincidiendo con nuestro paso).

Esta es sin duda la mejor parte del día. Comprar el pan, y lo que no es el pan tambièn. Nico siempre está presente para asegurar que compramos pan integral. En representación de los mortales, entra Pedro en la panadería o yo, dependiendo del día, y ponemos en las manos del otro la decisión sobre cual será el manjar escogido. Las pastelerías de francia son deliciosas allá por donde mires, y comerse sólo un pastel, croissant, o dulce, es todo un acto de heroicidad (para los humanos, claro. A Super Nicho, nos consta que le cuesta algo, pero nada que no sea capaz de superar) 

La primera Boulangerie.
Croissant con almendras
Boulangerie en rennes

Despues de la compra buscamos un lugar agradable para tomar el segundo desayuno, y adelante! 

6 thoughts on “Iniciando el día y el secreto de los desayunos

  1. Hoooola!!!!
    VIVE LA FRANCE!!!!!!!
    Tienen que llevar algo que aquí se llama Calorub o Mentolathum..!
    Y cuiden el corazoncito!!!!! que todavía falta mucho y además la carrera oficial de Irlanda!!!!!!!
    Pero el recorrido ha sido genial..! y como siempre dicen, lo importante es el camino!!!
    Cariños!!!!!

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  2. Se saborea desde aquí(Tenerife) los magníficos, a veces con inesperados ingredientes, desayunos de estos campeones.
    Que alegría ver que siguen avanzando y encuentran gente amable y solidaria con ustedes.
    Y la verdad es que sí tienen razón: vous êtes fou!!!

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  3. Los hobbits de la Comarca hacen dos desayunos, dos almuerzos y unas cuantas meriendas, así que desde Hobbitlandia aprobamos totalmente esa costumbre!!
    Ánimo ánimo ánimo y a pensar en todas las delicias culinarias post-hardman
    Petons!!

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  4. Queridos Tres y Amigos de acogida en la ruta…
    No dudamos en decir que, mientras más avanzan más envidiamos vuestro viaje,
    los magníficos relatos, las fotos, y quienes les dan acogida, alegran y enrriquecen
    nuestro seguimiento.
    Entretenido es ver como las pequeñas rutas y el paisaje los aníman a continuar en
    esta agotadora expedición.
    El norte de Francia trajo la lluvia, Saint Malo el fin de un etapa, el ferry un magnífico desayuno
    y…… bueno ahora mucho ánimo para los próximos 1.000 kms.
    Un abrazo fuerte cher trois, VOUS ÊTES FOU !!!

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